Muchos autos mantienen la elegancia y la calidad producto de una excelente fabricación y es que es bien sabido que varios de los modelos fabricados hace muchos años aún se mantienen frescos en las memorias de quienes gustan de los autos deportivos. En este post hablaremos del Pontiac Firebird y en especial de la primera generación que dio inicio al legado de Pontiac.
Pontiac es una empresa estadounidense que comenzó a diseñar los modelos denominados “Firebird” con el objetivo de que su matriz General Motors continuará compitiendo con los deportivos más solicitados del planeta, allá por los años 1967 cuya propuesta se extendió hasta el 2002. El nombre Firebird se toma de un dios de la India que representa la acción, el poder, la belleza y también la juventud.
El Pontiac Firebird se presentó seis meses después de su hermano de plataforma, el Chevrolet Camaro. Este lanzamiento se hizo al mismo tiempo que el del Mercury Cougar. Ambos vehículos fueron diseñados y potenciados con diferentes motores V8 de las distintas divisiones de General Motor. Sin embargo el Pontiac se suplió de sus propios motores hasta el año 1977, y desde ahí en adelante los Firebirds fueron fabricados con diversos motores de casi toda la gama de General Motors hasta 2002.
La primera generación del Firebird tenía una característica “Estilo Botella de Coca-Cola”, con relación al Chevrolet Camaro, las defensas del Firebird fueron inspiradas en el Pontiac GTO. El modelo base estaba equipado con la OHC de 6 cilindros de línea con un solo barril carburador. Más adelante Pontiac siguió fabricando modelos que poseían un carburador de cuatro gargantas, el desarrollo era de 215 CV (160 KW). El público amante de Pontiac optó por uno de los principales motores V8: el 326 CID (5,3 L) dotado de un carburador de dos barriles que producía 250 caballos de fuerza.