El elemento hidráulico de este sistema, llamado líquido de frenos, por tanto compromete el control de la velocidad y el movimiento, claves para la seguridad de las personas y el automóvil. Por lo que ha de mantener la viscosidad, resistir a la oxidación y servir de lubricante para las piezas.
Existen líquidos de frenos basados en silicona y también en glicol. En ambos casos deben ofrecer un alto punto de ebullición, para soportar el calor, y un bajo punto de congelamiento para tener un óptimo rendimiento en bajas temperaturas.
Un buen sistema de freno hidráulico asegurará que el aire no filtre en sus tuberías y conductos.