Los autos deportivos destilan belleza y elegancia acompañados de un nivel de desempeño extraordinario. Las firmas más destacadas en este rubro han demostrado porque a pesar de los años siguen manteniendo el liderazgo y es que los modelos que se nos ofrecen son memorables; como lo es el Mercedes Benz 300 SL, un automóvil superdeportivo de dos plazas que fue producido entre los años 1954 y 1963. En un principio se fabricó con carrocería coupé y después como descapotable. Rápidamente el 300 SL se convirtió en uno de los primero superdeportivos fabricados en toda la historia.
Apodado Widowmaker (Hacedor de viudas) por una característica peculiar: muchos pilotos murieron estrellándose con su 300 SL. La versión para la ciudad de 1952 se basó en el Mercedes-Benz SL de 1950, para tener una idea de cuán importante fue este modelo precursor de tantos otros que llegarían en la posteridad.
Este modelo fue sugerido por Max Hoffman, pues se pensó especialmente en clientes cuyas preferencias se informaron con anticipación a Hoffman por comerciantes que estaban en auge. Se introdujo al mercado estadounidense en 1954 en el Salón del Automóvil de Nueva York, marcando una diferencia con relación a anteriores modelos que se mostraron en salones como los de Fráncfort o Ginebra.
Una de los elementos que más resalta en el 300 SL son las distintivas puertas de “ala de gaviota” y también el convertirse en el primer modelo en montar un motor de gasolina con inyección directa de combustible. Esta versión del Mercedes Benz 300 SL “Alas de Gaviota” se fabricó entre 1954 y 1957. El nombre 300 es en alusión a la cilindrada del motor de tres litros, mientras que el “SL” se refiere a un roadster, siendo sinónimo de Sport Leicht o “Deportivo Negro”.