¿Alguna vez te has preguntado si está prohibido conducir descalzo o en chanclas? Sin duda se trata de una mala costumbre al volante que puede suponer multas en algunos países como España.
De acuerdo al reglamento de circulación español, no existe ninguna norma que prohíba conducir descalzo o con chanclas, pero aún así, puedes ser multado. ¿Por qué? Según el artículo 18 de la Ley de Seguridad Vial «el conductor está obligado a mantener su propia libertad de movimiento el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, para garantizar su propia seguridad, la de sus ocupantes y del resto de usuarios de la vía«. Por tal motivo, si un agente de la autoridad considera que el hecho de no llevar zapatos limita tu libertad de movimiento para accionar los pedales puede ponerte una sanción por conducir descalzo. La multa por conducir descalzo puede ascender a los 200 euros.
¿Cuáles son los riesgos de conducir descalzo o con chanclas?
Conducir descalzo puede resultar peligroso debido a que sin zapatos perdemos superficie de apoyo y sensibilidad con los pedales. Cuando conducimos descalzos la base del pie es menor y menos homogénea que cuando llevamos calzado, lo cual puede provocar que no pisemos el pedal del freno correctamente, así, en un caso de emergencia, si no aplicamos la presión suficiente corremos el riesgo de sufrir un accidente.
También es importante mencionar que los pedales no están preparados para el contacto con la piel directamente por lo que un freno abrupto o el intercambio de los pedales pueden causarte una lesión o herida en los pies.
Ahora bien, conducir en chanclas o sandalias te priva de una mayor libertad de movimiento, así que nos impide conducir el automóvil de manera correcta. Hay que tener en cuenta que las sandalias se pueden enganchar en los pedales, lo que nos impedirá pisar con precisión o con la velocidad necesaria, por lo que nos arriesgamos a sufrir un accidente.